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Artículo de opinión del Senador Jim Brewster

Dejemos que todos los ciudadanos opinen sobre la legalización de la marihuana.  

Tenemos a nuestro alcance un potencial de 581 millones de dólares generados anualmente por la legalización de la marihuana que podrían utilizarse para establecer centros de tratamiento de abuso de sustancias para ayudar a detener la marea mortal de sobredosis de drogas y muertes en todo nuestro estado.

En todo el país, 130 personas mueren cada día por sobredosis de drogas. 

La financiación también sería lo suficientemente importante como para que Pensilvania se embarcara en agresivos programas de tratamiento hospitalario y construyera nuevas instalaciones para ayudar a quienes luchan contra problemas de salud mental. Esto no sólo salvaría a individuos y familias, sino que también ayudaría a prevenir tiroteos masivos aleatorios y otras tragedias.

El Auditor General del Estado calcula que la legalización de la marihuana reportaría al menos 580 millones de dólares en ingresos fiscales. Destinar ese nivel de financiación al tratamiento de la drogadicción y la salud mental salvaría miles de vidas y aliviaría sufrimientos indecibles.

Sin embargo, antes de que podamos dedicar ese dinero a ayudar a los necesitados, la Asamblea General debe actuar primero para legalizar la marihuana. Para juzgar con conocimiento de causa, no sólo habrá que educar a los ciudadanos, sino que los legisladores tendrán que reordenar su pensamiento. Poner una pregunta en la papeleta y que los votantes voten a favor o en contra de la legalización puede servir como herramienta para informar.

Es conveniente que los ciudadanos tengan una vía para expresar su opinión. Legalizar la marihuana es un gran paso y deberían tomarse medidas extraordinarias para garantizar que la cuestión se examina a fondo. Los resultados de un referéndum informativo darían a los legisladores una idea real del nivel de apoyo público. También ayudaría a mostrar las diferencias regionales y a interpretar las preferencias de los ciudadanos.  

Algunos sostienen que ya es hora de que Pensilvania añada su nombre a la lista de los demás estados que han legalizado la marihuana. Otros han echado el freno, argumentando que la marihuana es una droga de entrada y que otros problemas de drogas se agravarían con la legalización. 

Es cierto que quedan muchos obstáculos legislativos y jurídicos por delante antes de que la cuestión pueda incluirse en la papeleta electoral. Quizá el más importante sea que el gobierno federal considera la marihuana una sustancia controlada y que su consumo, venta o distribución siguen siendo ilegales. Desde la década de 1930, la opinión del gobierno federal ha sido clara y no ha cambiado, independientemente del número de estados que hayan legalizado la marihuana medicinal o recreativa. 

Ignorar la ley federal no es para los débiles de corazón. Sin embargo, otros estados ya se han aventurado por este camino sin represalias.  

Antes de que se supere ese obstáculo federal, es indudable que habrá un desafío legislativo para incluir la cuestión en la papeleta y dejar que los ciudadanos decidan. Los intentos anteriores de autorizar un referéndum fueron desbaratados por los opositores legislativos y los tribunales, que alegaron que los referendos eran una delegación de poder inconstitucional. Eran otros tiempos, con otros hechos y circunstancias. 

Esta última cuestión puede abordarse mediante la naturaleza y el diseño de la propia pregunta electoral. En el contexto adecuado, una pregunta formulada a los votantes para recabar su opinión con fines informativos no es una acción oficial, sino un instrumento de recogida de información.       

El primer paso hacia la legalización se dio cuando Pensilvania aprobó el uso de la marihuana medicinal. La siguiente cuestión es determinar si Pensilvania está dispuesta a dar el salto y legalizar la marihuana. Por último, hay que determinar la mejor manera de utilizar los ingresos fiscales.

El uso de una pregunta en las urnas para entender mejor cómo la legalización de la marihuana es vista por una franja más amplia de Pennsylvanians proporcionaría una orientación inestimable como la legislatura se ocupa de esta cuestión.

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